Principales usos del mallazo

Las mallas metálicas o mallazo se emplea con frecuencia en la construcción de losas de forjado, las cuales son elementos estructurales de hormigón que soportan el peso de un edificio. Este sistema constructivo confiere a las estructuras una mayor resistencia y aislamiento térmico entre las diferentes plantas del edificio. Asimismo, estas mallas también pueden utilizarse para construir muros, lo cual representa una alternativa económica y de gran durabilidad. Una vez instalada la malla metálica, se procede al vertido del hormigón. Al fraguar, el hormigón encapsula la malla metálica, brindando a la estructura una mayor solidez y durabilidad.

Es posible personalizar el diseño de la malla de dos formas: una con puntas limpias para permitir solapar sin que las barras se crucen (mallazo SD), y otra con espacios para facilitar los solapes (mallazo S). Las mallas más gruesas, a partir de un diámetro de 8 mm, utilizan este enfoque. Por otro lado, las mallas más delgadas, con diámetros entre 4 y 6 mm, se confeccionan con acero de calidad B-500-T.

Ficha técnica
mallazo